El primer encuentro de la Humanidad con seres inteligentes de otro mundo, los Nam, sucedió en unas condiciones especialmente difíciles y complicadas, con el grupo humano menos oportuno y en el lugar más inesperado. Y a pesar de todo fue un éxito.
El grupo autor del Primer Contacto estuvo formado por el sargento Guillermo Gitzi del Regimiento Anónimo y otros siete convictos que la astronave penitenciaria Tomahawk dejó para revisar un antiguo y abandonado faro estelar en un lugar remoto de El Huevo, el volumen de Cosmos habitado por la especie humana.
El faro hubiera debido estar completamente vacío puesto que hacía más de un siglo que nadie lo visitaba, sin embargo descubrieron que no era así.
El grupo recién desembarcado se vio obligado a investigar y fue cuando descubrieron a dos alienígenas ocultos en lo más recóndito del faro junto con su mascota, el Ahura- Ahrrrimán. Ellos fueron el Primer Contacto.
La comunicación con los alienígenas fue prácticamente imposible. Se sucedieron varios y terribles acontecimientos, y uno de los nam contaminó a una humana con un extraño animal parecido a un gusano.
El ser se fijó al cuello de la oficial Beatriz Bohr y enraizó terminaciones nerviosas en ella hasta el punto que no se le podía quitar el ente sin matarla. Sin embargo, al cabo de unas horas, Beatriz se recuperó y descubrió que el parásito con el que ha sido infectada era un brog, un traductor simultáneo orgánico que le permitía comunicarse con uno de los nam.
Después del Primer Contacto, entendiéndose a través de Beatriz, los mandos nam y humano decidieron que cada especie visitara el espacio de la otra y lo cartografiara con el fin de entablar relaciones políticas y comerciales.
Así las cosas, mientras una nave nam recorría El Huevo levantando los mapas estelares, la nave cartográfica Fiat Lux exploraba el espacio nam haciendo exactamente lo mismo.
A diferencia de los nam, la especie humana había hallado el camino a las estrellas mediante seres humanos con un don especial que les permitía orientarse en el espacio y el tiempo sin perderse.
No eran muchos los seres humanos con esa capacidad natural. Gracias a ellos, y a la tecnología de los generadores de campo Shama-Levy, la especie humana logró crear discontinuidades en el espacio tiempo cercano que le permitieron cubrir largas distancias a través del espacio Erre Ene. Las estrellas más próximas a la Tierra fueron colonizadas de este modo.
Sin embargo, los saltos de una galaxia a otra fueron obra de unos pocos humanos con un genial don de la orientación en el espacio Erre Ene. Esos seres humanos eran los llamados Maestros Pilotos y hasta el momento había habido cinco.
El primer Maestro Piloto había abierto la mayoría de las rutas entre galaxias con un asombroso rendimiento y los tres Maestros siguientes ampliaron discretamente esos caminos, pero el Quinto Maestro, Nguyen Faltenmeier, fue el genio de los genios. Logró en la mitad de tiempo el doble que el primero de los Maestros y muchísimo más de lo que los otros tres hubieran podido lograr juntos.
El volumen ocupado por la especie humana aumentó considerablemente y el Quinto Maestro se convirtió en la persona más importante de la Humanidad.
Casi al mismo tiempo fue creciendo El Mudo, una sanguinaria y cruel organización criminal tan organizada como sanguinaria, dotada de una tecnología muy adelantada y con espías y agentes dormidos infiltrados en los lugares más relevantes.
Letteradura 
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